jueves, 26 de mayo de 2016

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Lance Preston (Sean Rogerson) y el equipo "caza fantasmas" de un programa de televisión se encierran voluntariamente en el interior del abandonado hospital psiquiátrico Collingwood y comienzan una investigación ficticia para la televisión de fenómenos paranormales.
Sin embargo, poco a poco descubren que en realidad sí hay actividades fuera de lo común, lo que los lleva a buscar una salida, pero el edificio es prácticamente un laberinto, razón por la cual se cuestionan su propia cordura, deslizándose más y más en las profundidades de la demencia.
Los protagonistas de la transmisión televisiva buscan filmar un programa falso a partir de entrevistas inventadas, pero lo que no esperan es que estos fenómenos ocurran en verdad.
Los “Vicious Brothers”, quienes dirigen “Fenómeno Siniestro” (“Grave Encounters”), crean una cinta parecida a franquicias como “Actividad Paranormal” o “Rec”, además de que ésta busca que el público se sienta atrapado y angustiado tras no poder salir del manicomio.
En la primera parte de la película se recurre a los diálogos con situaciones cómicas y sarcásticas como un breve descanso hacia el suspenso que está por venir.
Por ejemplo, hay una escena en la que los protagonistas sobornan a un jardinero para que hable sobre una supuesta aparición en el lugar, pero su actuación como “testimonio fehaciente” es tan mala que no faltan las risas por parte del público.
En el segundo acto no se ven fantasmas explícitamente, sino que se utilizan recursos sonoros y objetos en movimiento que provocan miedo, ya que la cámara, al igual que en los filmes mencionados, es mayormente subjetiva, se mueve constantemente y usa el “modo nocturno”, por lo que se genera tensión en el espectador.
Algo en lo que se diferencia esta producción de los thrillers anteriores es que los personajes se vuelven pacientes dementes del hospital, lo que lleva a los presentes a sentirse como un loco más en un mundo incomprensible.

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